RIKI BISIO

TAKOTSUBO por RIKI BISIO (BS AS)

TAKOTSUBO
El síndrome de Takotsubo, es un padecimiento también conocido como “síndrome del corazón roto,” es una afección cardíaca temporal que solo afecta a una parte del corazón, que por lo general, es causada por situaciones estresantes, noticias inesperadas, o la vivencia de emociones muy fuertes o extremas. Los síntomas son dolor en el pecho y dificultad respiratoria.
Al leer esta nota pensé en todas las veces que padecí de Takotsubo espiritual, recordé aquellos momentos en los cuales sentí que se me rompía el corazón. Queramos o no, el dolor nos puede llegar en cualquier momento, es parte de la vida.
El DOLOR es INEVITABLE y directamente proporcional a la pérdida que tuvimos, en cambio, el SUFRIMIENTO es una ELECCIÓN. El sufrimiento puede durar toda la vida, aunque la situación que lo provocó haya pasado.
Sufrir es llevar, soportar, padecer, resistir, aguantar una mochila pesada y dolorosa durante mucho tiempo, sin plantearnos la posibilidad de alivianar la carga.
No sé quién o qué rompió tu corazón, tal vez fue una pérdida, un abandono, una relación fracturada, un hogar destrozado, una desilusión ministerial, o alguna situación particular de la que pensamos que nunca vamos a poder recuperarnos.
Pero sí sé, que nuestro Médico maravilloso, tiene el poder para: Sanar a los que tienen el corazón roto y vendarles las heridas. (Sal. 147:3)
No esperemos más! Visitemos al Especialista en sufrimientos y dolores (Is 53:3-5), aquél en el cual podemos obtener la recuperación completa de nuestro corazón!!!
Abrazo grande! Riki.-
OSCAR NARANJO

¿GUASONES o JASONES? por OSCAR NARANJO (ROSARIO)

¿GUASONES o JASONES?
Arthur Fleck adora hacer reír a la gente, pero su carrera como comediante es un fracaso. El repudio social, la marginación y una serie de trágicos acontecimientos lo conducen por el sendero de la locura y, finalmente, cae en el mundo del crimen…..hasta aquí la locura de GUASON…pero hoy me interesa ver la LOCURA QUE TRASTORNA AL MUNDO.
No eran talentosos músicos, cantantes, danzarines o poetas que trataban de competir con las alternativas de entretenimiento de su época.
No eran personas que buscaban perpetuar su imagen o su propio nombre en la mente de los oyentes, ni pretendían mantener su atención con un mensaje “al gusto” del oyente.
Eran hombres cuyas vidas habían sido trastornadas primero.
Vidas que habían sido interrumpidas en sus labores cotidianas por un poderoso llamado de Dios. Pablo y Silas eran dos de aquellos hombres.
Pablo pasó de ser un orgulloso fariseo a considerarse el primero de los pecadores que se aferraba a la gracia de Dios
Silas que inicialmente se oponía a Pablo, luego de conocerlo, se unió a la locura de la predicación a los gentiles.
Cristo dirigía sus vidas y ellos estaban dispuestos a ser dirigidos.
Un mundo en el que la búsqueda del poder, las riquezas y el placer es razón suficiente para olvidar el dolor ajeno. Se institucionaliza el libertinaje moral y la perversión.
La religión de moda se “acomoda” al gusto del consumidor, sacrificando en el altar de la prosperidad económica las verdades bíblicas.
Hace más de dos mil años un mundo lleno de maldad, avaricia, inmoralidad y sumergido en placeres mortales estaba siendo trastornado.
Los hombres que trastornaban ese mundo eran hombres que previamente fueron trastornados por un llamado de Dios.
Nuestro mundo no se diferencia mucho del mundo de aquel entonces.
Nuestro mundo necesita ser trastornado por hombres con similares características que los de aquella época.
Sé un hombre o una mujer cuyo destino es trastornar el mundo en el que vives, sumérgete en la presencia de Dios hasta que escuches el plan que él tiene para la comunidad en la que vives, luego pon en acción el plan, que cuando te vean llegar con tu grupo también digan de ti:

“Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá…” Hechos 17:6 (ON)

ALFREDO POSSE

UNA JUSTICIA VIVA y ACTIVA por Alfredo Posse (Chascomús-Bs As)

Romanos 12 “Una justicia viva y activa”

 

La Epístola del Apóstol Pablo a los Romanos ha sido considerada como un tratado de derecho penal. En ella Pablo describe claramente la condición del ser humano (del judío y del gentil por igual): CULPABLE ANTE DIOS. Durante los primeros 11 capítulos desarrolla los más completos argumentos: la culpabilidad del hombre, el justo juicio de Dios, la imposibilidad de auto-redención, la justificación por fe, el creyente muerto al pecado, etc. Pero a partir del capítulo 12 y hasta el final de la carta pasa a ser eminentemente práctico: como debemos vivir la nueva vida en Cristo.

En el capítulo 12 comienza a describir los deberes del cristiano en varios aspectos. Primeramente en nuestra relación con Dios. Es importante como se dirige a los lectores como “hermanos” despejando toda duda, no se dirige a un perdido sino a un “renacido” por la fe en Cristo. No espera que el hombre natural logre lo que solo un ser regenerado puede, no se trata de buen comportamiento ni buenas intenciones sino la acción del Espíritu Santo en el hijo de Dios. Más que un llamado es un ruego (lo que recuerda la forma en que se dirige a Filemón, a quien si bien puede “mandarle” prefiere “rogarle”). Este ruego es impresionante ya que no llama a otra cosa que a la consagración, a una entrega absoluta equiparada a un sacrificio vivo; el sacrificio no podía ser parcial, se entregaba una víctima para el altar en forma completa y la expresión “vivo” refiere a una decisión íntima y personal: puede dejar el lugar del altar, pero decide permanecer allí. Por tratarse de un sacrificio vivo implica una consagración permanente y constante: no una sola vez sino diaria y continua. Agrega que ese sacrificio debe ser santo y agradable a Dios: puro y de acuerdo al carácter del Señor. Esa consagración conlleva dos aspectos diferentes y a la vez complementarios o si se quiere “las dos caras de una misma moneda”; por un lado no amoldarnos al mundo y por el otro ser  transformados por la experiencia del nuevo nacimiento en Cristo  (recordemos la expresión de 2da. Corintios 5: 17 “aquel que está en Cristo nueva criatura es”). La expresión conformarse no tiene como hoy en día el sentido de aceptar sin oposición sino el sentido más preciso de tomar la forma del recipiente (el mundo en que habitamos). De ser así podremos conocer y experimentar  la voluntad de Dios descrita como buena en su carácter (trae bendición), agradable en su manifestación (produce gozo) y perfecta en su esencia y propósito (lleva a la madurez espiritual).

Lo segundo a lo que Pablo apunta es a nuestra relación con la Iglesia. Para lo cual hace un doble llamamiento:

1) a no sobreestimarnos (“no creérnosla” diríamos en nuestros días), al respecto me impacta como se contrasta con la instrucción dada a su colaborador Timoteo en su 1ra. Carta capítulo 4 y versículo 12 donde dice “Nadie tenga en poco tu juventud…” cabe destacar que Timoteo parece haber tenido un carácter tímido y apocado dado que es reiteradamente exhortado por su padre espiritual a fortalecerse y no dejarse llevar por los comentarios menos favorables. Esto implica por un lado no tener más alto concepto de nosotros mismos y por otra parte;

2) a usar la cordura (opuesto a la locura que el mismo apóstol sabe utilizar en otros pasajes) lo que significa mantener un equilibrio justo y correcto, no somos los mejores, no somos omnipotentes, pero tampoco somos inútiles para el servicio a Dios (lo que muchas veces se utiliza como una excusa de falsa humildad para esquivar responsabilidades ministeriales). Para todo esto no debemos de olvidar el principio rector de la unidad y la armonía. Para esto usa una vez más (como en 1ra. Corintios) la ilustración de los varios y diferentes miembros de un mismo y único cuerpo que es la Iglesia bajo la dirección autorizada de Cristo como cabeza de ese cuerpo.  Los diferentes y complementarios dones de ser utilizados bajo la guía del Espíritu Santo con diligencia, humildad  y responsabilidad. Distintos dones y talentos, distintas personalidades y temperamentos, distintas oportunidades de servicio pero un mismo fin: la edificación de ese cuerpo,

Pero así como tenemos una responsabilidad frente al Señor, una misión como cristianos dentro de la iglesia del Señor, también nos lleva a considerar nuestra relación con el mundo. Para esto debemos de amar de la manera que Él nos ama; sin fingimiento, sin hipocresía, sin falsedad. Nuestro amor tiene que ser genuino, capaz de discernir lo bueno de lo malo. Sin egoísmo, estando dispuesto a dar y darnos como Cristo se dio por nosotros y a considerar a los otros antes que a nosotros mismos. Sin reservas, no midiendo la entrega sino con “fervor” (expresión que habla de una vida en “ebullición” como contraste de una vida “fría”  e interesada). Para esto no debemos dejar de reconocer cual debe de ser el carácter de nuestro servicio: gozoso (se debe de disfrutar el servir a Dios y a los demás, nunca el ministerio debe de sentirse como una carga sino como un privilegio), sufrido (estar dispuesto a soportar cualquier situación que el servicio nos reclame aún teniendo que sobrellevar a personas difíciles e intolerantes), constante (no esporádico ni con altibajos emocionales) y entregado (lo que requiere renunciar a nuestra propia voluntad para seguir la suya). Es aquí cuando Pablo pasa a exponer que distingue esta clase de servicio. Debemos bendecir aún a quienes pueden ser nuestros enemigos (algo así como llevar la milla extra de Mateo 5:38-48); gozar sin envidia cuando un hermano es bendecido; sufriendo sin reservas ni poniendo condiciones previas; mostrando humildad y misericordia y no el orgullo ni la sed de venganza que naturalmente surge de un corazón no regenerado; para culminar con una expresión de dar con amor aún a quien no se lo merece. Esta vida vivida según el modelo de Cristo puede llevar aún a un resultado casi inesperado: el arrepentimiento de quien recibe amor en vez de odio, gracia en lugar de revancha, misericordia a cambio de desprecio. La mejor forma de no tener enemigos es haciéndolos nuestros amigos.

Así es como Jesús pudo llamar a sus discípulos “amigos” (Juan 15:15), aún a sabiendas de que 9 de ellos lo abandonarían, uno le seguiría desde lejos, otro negaría y el último lo traicionaría.

Resumiendo:

Tan importante como conocer la teología bíblica fundamental, la hamartiología (doctrina del pecado), la soteriología (doctrina de la salvación) etc. es conocer que espera Dios de nosotros y cuál debe ser nuestro modelo de vida. Estos capítulos finales de Romanos son un verdadero Manual de Vida y Ética Cristiana.

 

Dios los bendiga

Alfredo Posse

Continuará, Dios mediante …

PEDRO FUENTES

LO MEJOR ES CONOCERLE por CARLOS PINTOS (Rio Primero-Cba)

LO MEJOR ES CONOCERLE

Los seres humanos somos personas que nos destacamos por la curiosidad, siempre estamos interesados en conocer algo más de lo que ya conocemos, o conocer alguien de quien se habla pero que no le conocemos a profundidad; este deseo de conocer debe motivarnos a esforzarnos en conocer a nuestro Dios.

Juan escribe en el evangelio según S. Juan 17:3 (RV. 60) Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero y a Jesucristo, a quien has enviado.

Ahora más allá del llamado a la salvación, creo que para nosotros los que ya tuvimos un encuentro personal con Cristo, y fuimos salvos por gracia mediante la fe el llamado va más allá, indudablemente somos llamado a un conocimiento íntimo, conocer su persona, sus atributos sus actividades, esto es algo fundamental para nosotros los cristianos ya que todo conocimiento de Dios tiene influencia directa en el resto de las demás doctrinas bíblicas y a través de ese conocimiento se ordenan las demás cosas circundante a la vida de la iglesia y la vida personal, pero es una gran verdad que dicho conocimiento no debe quedar en un mero intelectualismo, tal conocimiento debe producir como resultado un alto respeto y una obediencia a los mandatos de este Dios tan maravilloso.

Conocerle nos aclara las exigencias de su parte para nosotros y que Jesus dijo y Mateo escribe en su capítulo 5:48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que esta en los cielos es perfecto.

Dicho de otra manera, Pedro en1Pd.1:15-16 escribe: como aquel que os llamo es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito esta: sed santos, porque yo soy santo.

Este es un concepto que se toma del A. T. escrito en Lev.11:45 y 19:2

“jamás varió la exigencia de santidad para los que decimos relacionarnos con Dios”

Para los que somos sus hijos no debe haber nada mejor que conocerle.

Así lo escribe Dios a través del profeta Jeremía en el capítulo 9:23 Así dijo Jehová: no se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en su riqueza. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero dice Jehová.

Vivimos tiempo donde el ser humano busca gloria para si ignorando a Dios, pero, los que ya tuvimos un encuentro personal, nuestro corazón está habitado por Él Espíritu Santo, debemos considerar algo digno para alabanza propia el entenderle y conocerle.

Puede que mentalmente entendamos algunas cosas, pero experimentalmente no le conozcamos, también es cierto que:

Hay complejidades que se presentan cuando de conocer a Dios se trata, pues nuestra mente limitada no llegue a comprender la inmensidad de este Dios, ya que en algunos aspectos Dios es incomprensible.

Pero que no comprendamos algunas cosas no significa que no debamos tener un intenso interés de conocer a Dios.

Hay cosas que son secretas y pertenecen a dios y otras que si nos son reveladas para que conozcamos a esta admirable PERSONA.

Dt.29:29 dice: las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley.

Mas allá de lo secreto de Dios nosotros debemos considerar que lo mejor para nuestras vidas es conocerle.

Ahora para conocerle a Dios debemos disponernos primero a tener con nuestro Él:

INTIMIDAD AMOROSA.

Pues si deseamos conocer a Dios a profundidad, debemos disponernos a intimar con ÉL; la primera expresión de un conocimiento especial en la Biblia se encuentra en Gn.4:1 y conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y Dios a luz a Caín, y dijo por la voluntad de Jehová he adquirido varón.

Aquí la palabra conocer se utiliza para describir las relaciones intimas matrimoniales de las cuales se conciben hijos; pero la idea de intimar con Dios va más allá del conocimiento por así decirlo académico que no está demás y es bueno, más allá de eso Dios desea que sea un convivir en absoluta comunión e intimidad con ÉL, pero no basado en la imposición de una iglesia, de un ministro o de un instituto sino impuesto por el amor que le tenemos a Él y así como el matrimonio consuma ese conocimiento en la relación marital, nosotros consumemos ese amor por Dios en tener una intimidad plenamente amorosa con Él.

El primer gran mandamiento que expresa Mt.22:37 Jesús le dijo: amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Cuando Dios habla en la Biblia del corazón, no se refiere en la mayoría de los casos al músculo hueco y piramidal situado en la cavidad torácica que bombea la sangre a todo el cuerpo, Dios en muchos textos se refiere al corazón como el asiento de las actitudes y emociones, y el amor que Dios demanda es desde el corazón, y el alma el asiento de la voluntad y propósito y también la mente y hace referencia a la facultad de pensar, la idea es meditar con las facultades renovadas por el Espíritu Santo porque cuando ÉL viene a morar en nosotros produce una renovación del asiento de la conciencia reflexiva y nos lleva a pensar “primero en Dios”.

Cuando deseamos conocerle porque indudablemente es lo mejor, amaremos a Dios de una forma integral, nada de nosotros estará desvinculado de ÉL; eso es una intimidad amorosa, donde no deseamos esconderle nada, por el contrario, le contamos todo porque, aunque Él lo sabe todo, hay un deseo en nosotros de contarle todo porque deseamos intimidad amorosa con Él. ¿habrá algo que tal vez no le has contado a Dios? Cuando hay intimidad amorosa con Dios nada le trataremos de ocultar, le confesaremos todo, lo bueno, lo no tan bueno y en definitiva para librarnos de la culpa, le confesaremos lo malo indudablemente también.

El conocerle porque es lo mejor, nos lleva a la intimidad amorosa y también:

INFLEXIBILIDAD ABSOLUTA.

Satanás el enemigo de nuestras almas hará el mayor esfuerzo para que nosotros tengamos siempre algo antes que Dios ejemplos: El novio o la novia; el hijo o la hija; el esposo o la esposa, el auto o la moto; el celular o la pley, el estudio o el trabajo, etc. etc. etc.

Cuando le vamos conociendo y sabemos que es lo mejor, no debemos dejar que nada este sobre Él, Dios será siempre lo principal y nada nos estorbara la intimidad amorosa con ÉL, organizaremos nuestros tiempos para que así sea. Seremos inflexibles absolutos a la tentación de escoger algo que me molesta para tener intimidad amorosa con Dios; Pablo lo expresa así:

Fil.3:7-8 pero cuantas cosas eran para mi ganancia, las he estimado como perdida por amor de Cristo y ciertamente, aún estimo todas las cosas como perdida por la excelencia del conocimiento de Cristo, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura para ganar a Cristo.

No fue flexible ante aquello que ponía algo de si mismo sobre Dios y consideró todas aquellas ganancias como perdida.

Para la palabra “ganancia” se utiliza el termino griego Kerdos (κέρδος) y hace referencia a “ganancias deshonestas” que también esta utilizada en Tit.1:11; Pablo consideró la satisfacción de sus logros en el judaísmo como ganancias deshonestas ante la satisfacción de conocer a Cristo íntimamente, el se propuso inflexiblemente que cualquier cosa antes que Él sea considerado “basura” skubalon (σκύβαλον) desechos, excremento, sobras. No quiere decir que no haya cosas que son importantes, pero si es más importante que Dios seguramente no aplicamos INFLEXIBILIDAD ABSOLUTA, todo lo que para nosotros sea más importante que Dios es utilizado por satanás para dejarnos fuera del conocimiento de Dios lo cual es lo mejor; ¿estamos siendo flexible? ¿no damos permitidos que como cristianos no nos están permitidos? ¿habrá áreas que deberíamos ordenar para no ser cristianos blandos o flexibles?

El conocerle a Dios porque es lo mejor para nuestras vidas nos llevo a meditar en INTIMIDAD AMOROSA, INFLEXIBILIDAD ABSOLUTA y por último:

IMAGEN ADECUADA.

Cuando comenzamos a intimar amorosamente con Dios, y somos inflexibles absoluto no dejando que nada esté sobre nuestra relación con Dios, es imposible que sigamos igual, puede ser que casi de una forma inconsciente nos vamos moldeando a su imagen, el vivir de la manera que venimos planteando nos será imposible no satisfacer las demandas divinas de transformación, porque buscaremos conocerle a través de su Palabra y nuestra imagen será adecuada a lo que Él desea.

Pablo escribe a los corintios lo siguiente: 2Cor.3:18 por tanto, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por él Espíritu. La mente de Pablo se traslada a Éxodo 34 cuando Moisés subió al monte Sinaí, y al estar allí 40 días y 40 noche en intimidad con Dios, sin que el lo sepa su rostro resplandecía después que hubo habado con Dios, ¡su imagen cambió! (EX.34:29).

Si nos esforzamos por conocerle, teniendo intimidad con Él y no flexibilizamos los principios escriturales para nuestras vidas, seremos transformados, nuestra imagen se adecuará a lo que estando en Cristo debemos ser

Más allá de que lo relatado en Éxodo 34 fue un suceso real, podemos nosotros buscar el ejemplo práctico y reflexionar diciendo que muchos de nosotros debemos obedecer al llamado de subir la montaña, o al Sinaí, para que la imagen que el pecado desfigura sea adecuada por la intimidad con Dios y los demás puedan ver la fosforescencia cristiana en nosotros.

Si buscamos conocerle e intimamos con Dios nosotros orando a Él y Él respondiendo a través de su Palabra indudablemente no seguiremos siendo las mismas personas, Él nos va transformando a la imagen de Cristo, para lograrlo es bueno recordarnos casi de manera constante Ro.12:2 “no os conforméis a este siglo sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta; permíteme un texto más: Col.3:9-10 no mintáis los unos a los otros, habiéndoos  despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno.

Indudablemente un día le conoceremos plenamente porque le veremos tal cual es en el cielo, pero creo que el desafío es a que subamos a nuestro Sinaí imaginario y propongámonos conocerle, teniendo INTIMIDAD AMOROSA CON Él; viviendo en una INFLEXIBILIDAD ABSOLUTA para que nada este sobre Él y así lograr una IMAGEN ADECUADA con lo que somos: cristianos o sea pequeños Cristos.

Mi deseo es que seamos bendecido con conocerle a Dios porque es indudablemente lo mejor.

Soy Carlos Pintos de Rio Primero (Cba) carlospintos@gmail.com.

Si necesitas comunicarte: Cel.3574-458771- 3574420787

PEDRO FUENTES

dioses modernos…..por ABEL FERNANDEZ (FLORENCIO VARELA-BS AS)

Éxodo 32:4

“Entonces Aarón tomó el oro, lo fundió y lo moldeó hasta darle la forma de un becerro. Cuando los israelitas vieron el becerro de oro, exclamaron: « ¡Oh Israel, estos son los dioses que te sacaron de la tierra de Egipto!».*
Que velozmente nos volcamos a la idolatría, es decir, cambiamos la Gloria al Único Dios verdadero por semejanza de su creación.
 Es más fácil formar a un “dios” conforme a nuestra semejanza que dejar que Dios nos forme a la suya.  Inventamos un dios con minúscula que satisfaga nuestros deseos, en lugar de obeceder DIOS que nos exije santidad y dependencia.
Hoy un becerro de oro no tendría sentido para nosotros en pleno siglo XXI pero valoramos «como el oro» a ídolos invisibles (trabajo, dinero, deportes, pasatiempos, ideologías, religión.etc.) que cumplen la misma función; convirtiéndolos en lo que adoramos (Sal 115: 5-8)

 5  Tienen boca, mas no hablan; Tienen ojos, mas no ven; 6  Orejas tienen, mas no oyen; Tienen narices, mas no huelen;

 7  Manos tienen, mas no palpan; Tienen pies, mas no andan; No hablan con su garganta.

 8  Semejantes a ellos son los que los hacen, Y cualquiera que confía en ellos.volviéndonos ciegos, sordos, mudos e inútiles.

Dios nuestro Creador nos habla cada día, ve en lo mas íntimo y escucha nuestras necesidades porque nos ama de tal manera que entregó lo mas valioso del cielo a su Hijo único.
 Jesús vino a dar vista a los ciegos y oído a los sordos espirituales, arrojemos entonces  todo lo que se interpone en mi adoración y ocupa el lugar que le corresponde a Dios que es el único digno de adorar.
Abel Fernández. Buenos Aires. Florencio Varela.
ALFONSO ROJAS

LA NAVIDAD QUE NO ESPERABA A SU MESIAS por ALFONSO ROJAS

(Mt. 1:18-24; 2:1-12)

A través de la historia el dios de este siglo ha influenciado en el mundo para cambiar el enfoque histórico del significado bíblico de la Navidad de Jesús. El mundo ha enfocado la historia de la Navidad en la historia de una pareja comprometida que iba de Nazaret a Belén, en un Pesebre, en unos pastores que velaban por su rebaño, y en un grupo de pensadores, magos del oriente que venían siguiendo la señal en el cielo, a través de una estrella resplandeciente que brillaba en el cielo o de un arbolito adornado con guirnaldas y luces de colores. La Navidad para muchos es el tiempo para pensar acerca de Jesucristo sólo como un bebé en un pesebre. Mientras que otros, sólo piensan acerca del nacimiento de Cristo como un acontecimiento misterioso y milagroso, pero que no pueden captar el foco primario del verdadero significado del corazón de la Navidad. La historia real de Navidad es Dios manifestado en carne, y su grande redención por amor a los predadores a los cuales vino a salvar. El Niño que nació en Belén es el mismo Jesús que vivió para morir, y que resucito para nuestra justificación, para que nuestra fe y esperanza sean en Dios nuestro Salvador. “Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor” “y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios“. (Lc. 2:10-11; 1 P. 1:21).

El nacimiento humilde de Jesucristo no estaba nunca dirigido a encubrir la realidad de que Dios había nacido en el mundo en forma de siervo (Fil.2:5-7). Por más de 2,000 años el mundo ha debatido y han hecho muchas discrepancias acerca de quién es Jesús realmente. Las sectas, los escépticos, y diversas religiones han ofrecido explicaciones que son incongruentes con la revelación bíblica. Muchos dicen que él es un dios de tantos, un ser creado, un ángel elevado, un buen maestro, un profeta. Pero la realidad de todas esas teorías comunes, es que hacen a Jesús menos que Dios. Sin embargo, la profecía bíblica va más allá que el niño del pesebre fuese la manifestación de Dios viniendo al mundo a nacer. El hilo común de todas esas teorías es hacer a Jesús menos que Dios. Pero la prueba bíblica es apabullante: este niño en el pesebre de Belén es la manifestación de Dios en toda Su grandeza y gloria que fue la demostración de Su Deidad en todo el poder de su gracia en la redención.

La versión de la Navidad del mundo moderno consecuentemente para la mayor parte de la humanidad, la Navidad no tiene otro significado que una buena comida y pasar el tiempo entre amigos y familiares, y reírse de algunos chistes vulgares hasta que el día decaiga. No espero que alguien alguna vez pueda entender totalmente lo que significó para Dios haber nacido en un pesebre y ser ignorado por un mundo que solo piensa en lo terrenal. La mayoría de la gente en el mundo se pierde las bendiciones de la Navidad, a causa de no entender su significado. ¿Cómo puede ser? ¿Pero cómo puede alguien perderse la Navidad con la cantidad de propaganda, publicidad y promociones que esta fiesta recibe cada año? A pesar de que muchos celebran la Navidad cada año, la mayoría no 2

sabe de qué se trata. A pesar de toda la promoción de la Navidad hecha por los medios de comunicación, la mayoría de la gente la perderá porque las personas se creen el centro de la historia, y se enaltecen a sí misma exhibiendo sus regalos navideños, los arboles grandes Navidad y sus casas adornadas de colores, con sus comidas y bebidas alcohólicas de toda clase se pone a la vista de los invitados. Para aquellos de nosotros que conocemos y amamos al Señor Jesucristo, la Navidad es un tiempo para enfocarse en la Persona gloriosa del Niño nacido Rey. Pero aun nosotros podemos quedar atrapados en un torbellino de actividades cerca del tiempo de la Navidad y perderla en un sentido práctico cuando seguimos la corriente del mundo que está bajo la influencia del maligno (Ef.2:2; 1Jn.5:19).

El mundo que no espero ver nacer al niño Jesús en aquella Navidad, fue porque el mundo se hallaba en un periodo de decadencia moral y espiritual, que torno a todo el pueblo de Belén en apatía y en una amenaza para el arrogante rey Herodes que deseaba destruir el plan de Dios para su pueblo Israel. Fue en estas circunstancias en la que el Niño Rey vino a nacer a este mundo. Nadie esperaba su nacimiento; nadie esperaba que el Mesías de Dios viniera a nacer en la villa de Belén de Judea. Nadie esperaba su nacimiento, solo a José y María y unos magos del oriente, que venían siguiendo la Señal en el cielo a través de una estrella, y unos pastores que guardaban las vigilias de la noche cuidando a sus ovejas, tuvieron el enorme privilegio de ser sorprendidos por la estrella resplandeciente que anunciaba el Nacimiento del Rey de los siglos, y una nueva dispensación sobre la historia del plan de Dios comenzó a escribirse para todo el mundo conocido (Lc.2:8-18; 1Ti.1:17). Mucho se ha dicho y se ha escrito sobre el Nacimiento sobrenatural de Jesús a lo largo de la historia, pero son muy pocos los que pueden comprender lo que sucedió realmente en aquella Navidad cuando Jesús vino a nacer en Belén de Judea. En esta época del año hay una mezcla de sentimientos” que confunden a la gente con el verdadero significadode la Navidad de Jesús. Los sentimientos negativos de tristezas, de amargura, de soledad y de dolor, cuando son comparados con el buen tiempo que pasan otros, pueden llevar a que la vida parezca doblemente deprimente para los que han perdido a sus seres queridos. Desafortunadamente, no todos experimentan el muy mencionado gozo de esos días, y lo que debiera ser alegría y gozo, se torna en tristeza y amargura de alma, para aquellos que ignoran los significados de la Navidad.

El Israel del aquel entonces conocía de las Escrituras, pero no tuvieron la actitud de ir hasta Belén y saludar a su Mesías, y tal cosa no vale nada para Dios cuando el corazón anda mal. Ni siquiera el mundo en estas fiestas esperan adorarlo. ¿Por qué el mundo de hoy al igual que el mundo de entonces, no espero el Nacimiento del Niño Rey? El misterioso nacimiento de Jesús es relatado con reverencia y reticencia, y todo lo que tenemos acá es una revelación del poder de Dios en la que se describe la obra sobrenatural del Espíritu eterno engendró al Hijo eterno. La historia de Navidad va más allá de una pareja que estaban comprometidos, de unos pastores y unos magos y de un pequeño establo de Belén porque no había lugar en el mesón para el nacimiento del Mesías Rey. ¿Qué sucedió realmente en aquella Navidad? La historia del nacimiento de Jesús nos lleva precisamente a contemplar los 3

acontecimientos que sucedieron en aquella Navidad, cuando el Verbo fue hecho carne y habito entre los hombres, para manifestar al mundo la gloria de Dios y la gracia en la salvación de alcanzar al mundo perdido a través de la verdad que está en Jesús.

  1. La Profecía de Su Nacimiento. (Mt. 1:18-24; Is. 7:14; 9:6; Miq. 5:1-5). El escenario y las circunstancias en la que el Niño Rey abría de nacer estaban todo listo. El nacimiento de Jesucristo contempla uno de los hechos más increíbles, más emocionante y más sagrado de la obra sobrenatural del poder de Dios engendrando aquel Verbo hecho carne. El eterno de Dios se reveló a sí mismo en la Persona de Cristo Jesús, “Dios manifestado en carne” vino a nacer a este mundo, pero no de este mundo, para manifestar al Dios invisible en la forma de Hombre perfecto (Lc. 1:35; Ro. 1:3-4; Fil. 2:5-8; 1 Ti. 3:16; He. 1:1-3; 2:14-18). Fue en el tiempo de Dios cuando la eternidad se hizo tiempo y cuando el eterno Verbo se hizo carne, tomando forma de siervo y hecho semejante a los hombres, vino a nacer en un pesebre de Belén, para traer salvación a un mundo en tinieblas que moraba en sombra de muerte. El que nació, es tanto Dios como hombre. Como Dios, Cristo salió del Padre (Jn. 16:28); pero como hombre, fue “nacido de mujer”. “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos” (Gá. 4:4-5).

Por más de 7 siglos se había preservado la profecía acerca del Nacimiento del Niño Rey, y por un periodo de 400 años de silencio; Dios estaba preparando la majestuosa venida del Mesías de Israel, el Rey Prometido a su pueblo vino a nacer en un pesebre en el pequeño pueblo de Belén de Judea. Mateo cita a Isaías 7:14 y a Miqueas 5.2, para declarar que Cristo nació conforme a las profecías bíblicas. El nacimiento sobrenatural, la señal que los magos venían siguiendo en el cielo, la sencillez en la que abría de nacer el Niño Rey y, la salvación que traería sobre su hombre sería el gran propósito de su venida y el cumplimiento de la profecía bíblica en conformidad con la Palabra de Dios. La historia de Navidad es uno de los acontecimientos más increíbles que revelan los hechos del misterioso nacimiento del Dios eterno, cuando adoptó la naturaleza humana y el infinito asumió lo finito, el Eterno se conformó al tiempo y la deidad se concentró en aquel Niño Jesús para entrar en nuestra historia y escribir la historia de nuestra redención.

La concepción fue una revelación del cumplimiento de la profecía bíblica que anunciaba por medio del profeta que una “virgen” iba a concebir del Espíritu Santo el nacimiento sobrenatural del Hijo eterno de Dios. La profecía declaraba la manera en la que el Dios santo y sublime iba a entrar a este mundo para visitar a su pueblo en la persona del Niño Jesús (Is. 7:14; Mt. 1:21-23). El nacimiento de Jesús no fue conforme a las predicciones de los hombres, sino conforme a la Palabra profética de Dios. Jesús no vino a nacer conforme al tiempo de los hombres sino en el tiempo profético de Dios para dar cumplimento a Su plan perfecto (Gá. 4:4-5).

Su nacimiento no procede de la historia sino que precedió a la misma historia, pero entró en nuestra historia, y en el cumplimiento del tiempo de Dios, Cristo fue envido al mundo nacido de mujer y nacido bajo la ley (Gá.4:4). El cumplimiento de esta profecía revela que Dios cumple Sus promesas. Dios cumple con las peticiones de sus hijos y las promesas con su pueblo. Ha pasada más de dos mil 4

años de este evento y Su Persona no ha cambiado, ¿Por qué él habría de cambiar Su Palabra? Las modas y el mundo cambian pero Su Palabra permanece para siempre (1 P. 1:25). El nacimiento de Cristo en Belén no fue una mera casualidad, sino el cumplimento de las profecías bíblicas conforme al plan de Dios. Toda la revelación que recibieron José y María y los Magos, fue para que se cumpla la Promesa de Dios. Esta promesa no fue un acuerdo con los hombres sino un acuerdo del eterno Padre con el eterno Hijo. Jesús nació para dar cumplimiento a todas las profecías bíblicas que narraban su venida al mundo.

  1. La Prioridad de los magos buscando al Niño Rey (Mt. 2:1,2)

¿Dónde está el rey de los judíos? Los sabios del oriente vinieron a la ciudad del Gran Rey y recorrieron las calles de Jerusalén con la pregunta interrogativa: ¿dónde nació el Mesías? El término “diciendo” es un gerundio que describe una acción continua que implica el propósito de esa búsqueda de estos magos. Ellos andaban por toda la ciudad preguntando a cada persona, y buscando el lugar donde el Niño Rey había nacido. Ellos estaban buscando algo que se perdió en la mesa Navidad: la prioridad de que el Niño Rey sea rey de nuestras vidas. Jesucristo ha llegado a ser Salvador de muchos pero no Señor de su vida. La gente no quiere que Él reine en sus corazones, ni en sus proyectos y planes, ni en sus metas y decisiones. Estos magos habían venido con la única prioridad y el propósito de buscar y hallar al Niño Rey. A propósito, ¿Qué lugar ocupa el Niño Rey en su vida y todos tus planes? ¿Qué lugar ocupa en el seno de su familia? ¿Qué lugar ocupa en sus conversaciones o en su meditación o adoración? Hay muchas personas que no están dispuestas a dejar su “yo” y que el Señor venga a reinar en sus vidas, porque el hombre cosmopolita y contemporáneo se considera el centro de gravedad de este mundo, y ha dejado a Dios de lado. Esta es una característica que manifestarán las personas de los últimos tiempos: “porque habrá hombres amadores de sí mismo” (2 Ti:3:1,2).

En estos dias de Navidad miles de personas salen al mundo a buscar al Niño que ha nacido Rey en lugares equivocados. Le salen a buscar en alguna religión o en algun termplo; otros le buscan en sus fietas paganas o en sus diversiones. Otros recurren a los recuerdos de su seres queridos que han partido de este mundo, y que piensan que ellos están juntos a Jesus en alguna estrella del cielo. Mas sin embargo, el lugar donde las personas le podran ver a Jesús es en el pesebre de Belén o colgado del madero de la cruz pagando la deuda de todos nuestros pecados, o resucitado caminado con sus discipulos o viniendo en la gloria para llevar a todos aquellos que hemos confiado en su justica y en la gracia de Dios en la salvación por la fe en Jésus. No lo busque a Jesús en la religión o en los recuerdos, o en algun recondito lugar de algun templo del mundo porque no lo vas a encontrar. Mire hacia Belén y lo vera nacer; mire hacia la cruz y lo vera morir; mire hacia la tumba y lo vera resicutar; mire hacia el cielo y lo vera sentado a la distra en la gloria con el Padre. Mire hacia su corazón y se dará cuenta que el unico que vino a llenar el vacio del alma sin Dios, es Cristo el Señor, el Salvador que vino a este mundo para dar su vida en rescate por los hombres pecadores a través de la fe en Jesus.

  1. La Pobreza de Su Nacimiento. (2:1, 5-6;Lc.2:1-6)

El nacimiento milagroso de Jesús se produzco en el pueblo de Belén de Judea, y pasó de largo los palacios de este mundo y la corte real. No nació como todos esperaban en Jerusalén sino en el humilde pueblo de Belén, (la casa de pan). Una pequeña villa insignificante pero rodeada de verde 5

prados, una zona campestre y fértil. Fue el lugar escogido por Dios que revela la condición de los que vino a salvar. Un pueblo situado a 10 Km. al sur de Jerusalén sobre unas montañas a unos 800 metros sobre el nivel del mar. Fue el lugar donde se nació y creció el rey David pastoreando ovejas de su padre, un terreno de fértil campos y fructífero por sus prados en la que los pastores apacentaban sus ovejas.

Fue en este preciso lugar que se narró la historia de la vida de Rut y Booz y donde se cree que Raquel, esposa de Jacob, fue sepultada cerca de allí (Ge. 35:19; 40:7; Rut. 4:11; Rut. 1:1; 1 S. 16:1-14; 17:12; 20:6). José y María se encontraban en Galilea y como debían ser empadronados acudieron hasta Belén. Un viajar de más de 100 km por territorio montañoso que le tomó más de tres días, quizás porque ellos eran conscientes que el Niño debía nacer en Belén para dar cumplimiento a la profecía de Miqueas 5:2. Muchas ciudades antiguas como Babilonia quedaron solo en historia y otras como la gran Jerusalén fueron obviadas por Dios para elegir a la pequeña villa de Belén Efrata, como el centro de los acontecimientos proféticos de Dios para el nacimiento del esperado Mesías. La profecía de Miqueas 5:1-5 cita no solo el lugar del nacimiento del Niño Rey, sino también la deidad del Mesías de Israel, que regirá y apacentará lo cual evoca el gobierno y cuidado que Cristo tendrá sobre su pueblo (Ap.12:5). El que nació en la Casa de Pan es el mismo que más tarde se llamó a sí mismo “el pan de vida” (Jn.6:35), el verdadero Maná del cielo que iba a saciar a los corazones hambrientos de Dios.

La gloria de Su Presencia y de Su gloriosa Persona brillo en el pequeño pueblo de Belén. La ciudad vino a ser llamada la ciudad de David (Lc. 2:11) Proféticamente Dios había destinado este pueblo de Belén para que naciera el gran Libertador de su pueblo por cuento María era descendiente de la dinastía de la casa de David. El humilde pueblo de Belén nos revela que el Niño del pesebre puede nacer en pobres corazones que Dios bendice y puede hacer grande cosas a través de vidas entregada a Él como lo hizo con Su eterno Hijo. No se trata de lugares ni de condición social para que la gloria de la Presencia de Dios se pose, sino del corazón reconciliado y redimido por la sangre del Cordero lo que Dios bendice. El dueño del mundo no encontró un lugar digno para nacer, el único lugar que encontró en esta vida fue un lugar en la Cruz. “El Hijo del Hombre no tenía un lugar en este mundo ni siquiera para recostar su cabeza” (Lc. 9:58).

La ceguera espiritual de la nación de Israel era tal que no mostró ningún interés, ninguna intención, en saber de la gran noticia que traían los sabios del oriente acerca del nacimiento del Mesías Rey de los judíos. La turbación de Herodes fue tan grande que “toda Jerusalén” fue envuelta en un estado de confusión. La ciudad de paz, (Jerusalén) aquel día se había convertido en una ciudad llena de confusión. Es una gran paradoja pensar que David oraba por “la paz de una ciudad donde había nacido el Rey de paz” (Sal.122:6). La ciudad de paz que debería haber recibido la promesa mesiánica, rechazaron al “Príncipe de paz“. Una evidencia que revela la condición del corazón de aquellos que se revelan a tener una relación con la luz de Aquel que vino a alumbrar a los que moran en tinieblas y en pecado.

Este es el Rey de paz que dijo: “Mi paz os dejo, mis paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Jn.14:27; 16:33). ¿Encontrará un lugar en tu corazón en esta Navidad? 6

 

  1. La Perturbación de Herodes por Su nacimiento. (2:3)

En esta época de Navidad hay reacciones perturbadoras en los corazones de aquellos que están vacíos de Dios. Hay perturbación cuando se oye que el que ha nacido Rey quiere reinar en la vida de aquellos que saben que el “Yo” debe ser destronado de sus corazones para que el Niño de Belén pueda ocupar el primer lugar en sus vidas. Son las reacciones de aquellos que no están dispuestos a permitir, que nadie más ocupe el trono de “su propio yo“, ni que otro sea el rey en su vida. Es la luz que vino al mundo para brillar en la densa oscuridad de un rey usurpador y malvado, que solo tenía el deseo de matar al Rey enviado por Dios. Hay perturbación en el corazón cuando la familia se reúne para celebrar una Navidad, sin la presencia del padre o la dulce madre o en ausencia de un ser querido que ya no está. Son las reacciones y las perturbaciones de aquellos que no están dispuestos a permitir que nadie más sea el rey de sus vidas. La estrella que se levantó en el oriente y que se posó sobre la gloria del nacimiento del Niño Rey, fue causa de gran perturbación no solo en el corazón Herodes, sino también toda Jerusalén se llenó de confusión y miedo, al saber las intenciones malvadas que tenía el rey usurpador de matar al Rey enviado de Dios.

Las Escrituras nos dicen que el nacimiento de Jesús fue en días del rey Herodes, uno de los hombres más perverso y ambicioso que tenía su conciencia manchada con sangre inocente. Este Herodes el Grane o conocido como Herodes I, que reinó en Judea entre los años 37-4 antes de Cristo. Nació por el año 72 a.C., su padre Antípatro lo nombro gobernador de Galilea y luego fue nombrado rey de Judea cerca del año 40 a.C. Herodes tenía una mezcla de judío-edomita descendiente de Esaú y, bien podríamos decir que llevaba en su sangre el ADN de la perversidad y la maldad. Alguien lo llamó “un viejo criminal” por las muertes que cometió hacían todos aquellos que podría hacerle sobra a su reinado. Su miedo fue tal que convocó a los principales sacerdotes y escribas para saber dónde abría de nacer el Niño Rey, no para ir adorarle sino porque sentía que era una amenaza para su reino.

Cuando los magos preguntaron ¿Dónde está el que ha nacido rey de los judíos? Dice la Biblia que Herodes “se turbó”. El verbo viene de etaráchthe, una palabra que revela la mente y el espíritu que se agita y angustia y se atemoriza cuando ve que algo le va a venir. Se traduce con el verbo turbar para hablar del espíritu y del alma del Señor cuando Juan dice “ahora está turbada mi alma” (Jn.11:33; 12:27). También se la emplea del estado de los corazones de los discípulos en la última cena “No se turbe vuestro corazón” (Jn 14:1). La angustia del rey Herodes venía por la amenaza que podría causarle el recién nacido Rey. La profecía que anunciaba la venida de uno que sentaría en el trono de David y cuyo reinado sería eterno, fue algo conocido por Herodes en cierta manera. El título que se le dio a Jesús: “Rey de los judíos” fue lo que atemorizó la mente de Herodes porque fue una amenaza para su trono saber que otro podría venir y ser rey en Jerusalén. El temía que Jesús le destronara.

Nuestro mundo está lleno de “Herodes” que solo piensan en su propio “reinado del yo“. Son personas que van diciendo de una forma u otra que no hay otro “rey” en su vida, y que sus propias 7

determinaciones y el derecho de hacer lo que plazca, está en la decisión propia de trazar y de seguir su propio camino en la vida. Esta afección del yo es una característica de los últimos tiempos de los hombres amadores de sí mismo, que se convierten así mismo en el centro de “gravedad” de este mundo, y en el centro de toda “gratulación” propia y en buscar la “gloria vana” de este mundo para alimentar la arrogancia de su “yo” (2 Ti. 3:1,2). Ellos declaran su derecho a ser rey, y que no hay en el trono de sus vidas otro reinado que no sea su propio yo. No quieren que otro ni otras cosas ocupen el trono de sus vidas y de su corazón, y lo proclaman al mundo a través de sus acciones y actitudes. Nadie tiene el derecho de interferir en sus carreras, posición, poder, planes, ambición y estilo de vida. No están dispuestos a permitir que nadie más que su propio “yo” reine en sus vidas.

Dígale a alguien en este mundo que Jesucristo merece ser su Señor y Rey, y vea cómo reacciona. Dígale que debe postrarse y entregarse al dominio de Cristo, y verá cómo se turba su corazón y su mente. A muchas personas no les causa ningún problema que hablen de Cristo y de la Cuna del pesebre, o de la Cruz entre canticos villancicos, siempre y cuando que el Niño Rey se quede en el cuento de una simple historia de Navidad una vez al año. Ellos prefieren recordar el nacimiento de un niño o de un Cristo moribundo en la cruz que muere, pero no quieren saber de un Cristo que reina, que resucitó y que un día cercano regresará con poder y gloria, para llevar a todos aquellos le hemos recibido como Salvador y el Soberano rey y Señor de nuestras vidas. ¿Dónde estará el Niño Rey en su mesa de Navidad? ¿Qué lugar ocupa en el trono de su corazón? En aquella Navidad cuando Jesús nació en Belén de Judea las personas reaccionaron de muchas maneras como vemos en nuestras navidades hoy.

En esta época del año la gente se deprime y se lamenta por “cosas” que no están en el propósito de la Navidad de Jesús. Quizás son cosas legítimas como el dolor por la madre o el padre que ya no está. Muchas personas se deprimen porque la mesa de Navidad no está repleta de comidas y bebidas. En aquella Navidad el pueblo de Belén estaba de luto, de tristeza y de dolor porque todas las madres que tenías niños menores de dos años, les fueron arrancadas de su lado cuando el perverso rey Herodes pensaba que matando a todos los niños iba a impedir que naciera El Rey de los siglos. Herodes pensaba que matando a todos los niños, iba a impedir que naciera El Rey de los judíos. Pero Herodes muere, y el Niño Rey vive y crece. Todos los reyes de la tierra, príncipes, filósofos, científicos han quedado en la historia y en polvo y cenizas. Pero el Hijo del Altísimo, el Verbo de Dios permanece por los siglos, y su Trono es eterno.

  1. El Propósito de los magos por Su Nacimiento. (2:2,12)

La Navidad es un tiempo de alegría y de adoración por el Niño que nos fue dado. Los magos al ver al Niño Rey se gozaron con su madre y José. La verdadera alegría de la Navidad no pasa por tener un pan dulce y una sidra o una buena comida en la mesa de Navidad. El mundo confunde “Gozo” con “fiestas”. Piensan que el verdadero sentido de la Navidad pasa por la diversión y con tomarse unas copas de más. Mas sin embargo, vemos en la Biblia que el gozo de los magos tenía y tiene que ver algo Sagrado y Sublime; se trata del Nacimiento del Hijo de la gloria, del Dios Altísimo que nos dio a Emanuel “Dios con nosotros” Los magos venía siguiendo el fenómeno de la estrella a través de lo cual Dios les reveló el lugar y donde habría de nacer el Niño Rey. 8

En su adoración vemos la prioridad de su viaje: “venimos a adorarle” Los magos no sólo se alegraron viendo al Niño Rey, también lo adoraron. La palabra “adorar” viene del griego “proskuneo” y es una palabra que implica: reverencia y reconocimiento, veneración y adoración. Es la palabra que se usa para postrarse ante un rey o reyes. Los magos doblegaron sus rodillas y se postraron en tierra porque reconocieron que el nacido Rey era “El Rey de reyes y Señor de señores”. Reconocieron que era el Dios eterno y Soberano de la tierra y de los cielos; el enviado y esperado Mesías de Su pueblo Israel, que traería salvación a su pueblo y a los gentiles. Los magos tenían un solo motivo: adorar al Niño que ha nacido Rey. Los magos no sólo se alegraron viendo al Niño Rey, también lo adoraron y abrieron sus tesoros que habían traído en agradecimiento por la salvación que vino a traer a su pueblo.

  1. 5. Los Presentes que los magos dieron en Su Nacimiento. (2:9-11)

Los regalos que el Niño recibió en su nacimiento iba simbolizar la naturaleza de Su Majestad, de Su Ministerio y de Su Muerte. Estos magos manifestaron:

  1. a) Su Admiración. Es la sabiduría del oriente que se arrodilla delante de Aquel quién es digno de recibir toda reverencia y reconocimiento, no sólo en los cielos sino también en la tierra.
  2. b) Su Adoración. Ellos se postraron reconociendo la majestad del Niño que ha nacido Rey, rindiéndole honor y homenaje por todo lo que Él es. La visita de los sabios es una indicación de que los gentiles un día adorarán al Rey cuando el reino se establezca en la tierra (Is 60.6).
  3. c) Agradecimiento. Los presentes no sólo expresan Admiración y Adoración, sino también su Agradecimiento por tener el privilegio de encontrar al Mesías de Dios. Siendo que ellos eran gentiles, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo, Dios le dio semejante privilegio que ellos fueran los primeros del oriente en recibir al Niño que nació Rey, que era el esperado Mesías y que al verlo expresaron su agradecimiento por medio de los regalos caros que trajeron para el Niño. Los magos le adoraron con:
  4. 1. Reverencia porque Él es Dios Santo (Lc. 1:35)
  5. 2. Reconocimiento porque Él es Dios y Señor (Fil. 2:9-11)
  6. 3. Regalos porque Él es Dios Soberano (1 Ti. 6:15)

Ellos traían en sus cobres regalos que tenía significado profético (Sal 72:10; Is.60:6)

El Oro: Nos habla de Su Persona gloriosa y divina por ser nuestro Soberano Rey de reyes.

El Incienso: Nos habla de La Perfección de su vida sin pecado que vino a ser nuestro Sumo sacerdote.

La Mirra: Nos habla de Sus Padecimientos al llevar nuestros pecados vino a ser nuestro Salvador que sufrir nuestros dolores para redimir del pecado. ¿Qué regalos vas a dar al Señor en esta Navidad?

  1. El Plan de Su nacimiento. (Lc. 2:11; Mt. 1:21)

El clímax y la causa de la revelación de Dios fueron para manifestar Su salvación a un mundo perdido y muertos en delitos y pecados. Para el propósito de morir por los pecadores Cristo tenía que ser hombre para poder morir por los hombres. Pero tenía que ser Dios para cargar con el castigo infinito y consumar una obra sobrenatural por breve tiempo. Jesús es Dios-Hombre como tan perfecto Hombre 9

como perfecto Dios. La conclusión y la cláusula de la historia de Navidad es la redención que Dios traería a los pecadores que sería el gozo de los redimidos por la fe en Jesús. El vino a nacer a este mundo para morir en una cruz por nuestros pecados, para que nuestra fe y esperanza sean en Dios nuestro salvador.

El plan del nacimiento de Jesús fue precisamente para traer salvación a un pueblo en tinieblas, que moraba en sombra de muerte a causa del pecado (Mt. 4:16-17). El Dios eterno tuvo que adoptar la naturaleza humana y fue hecho semejante a los hombres sin perder su deidad. Lo infinito asumió lo finito, el Eterno se conformó al tiempo, y la deidad se concentró en aquel Niño Rey cuando el eterno Hijo de Dios nació en forma sobrenatural al tomar forma de siervo “el cual siendo en forma de Dios no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres” (Ro.8:3; Fil. 2:5-7). El Hijo eterno de Dios no se despojó a sí mismo de eternidad, pero Él asumió una naturaleza adaptada para el tiempo al visitar este mundo para vivir entre los hombres, pero sin pecado (He.2:17-18; 5:5-10).

En estos pocos versículos, vemos tres respuestas del mundo al mensaje de Navidad, desde el primer siglo hasta el siglo veintiuno, las culturas han cambiado drásticamente, pero la reacción de las personas hacia el mensaje del evangelio sigue siendo la misma. Podemos ver la reacción de Antagonismo por parte de Herodes, de Apatía por parte de los líderes judíos, y de Adoración por parte de aquellos magos y pastores que pudieron ver en su nacimiento al Mesías prometido a Israel. Si miramos a nuestro alrededor en esta temporada de fiesta de Navidad, vamos a descubrir las mismas reacciones que manifestaron aquellas personas cuando Jesús nació en Belén. Están aquellos que lo odian y lo rechazan, aquellos que lo ignoran y no lo reconocen como el Salvador, pero están aquellos que lo adoran y caen de rodillas y le rinden todo el honor y el homenaje por virtud de su Persona y de Sus Obras como el Mesías nacido para traer salvación.

  1. 7. La Partida de los magos por otro camino (2:12)

Nadie que tiene un encuentro con el Autor de la vida vuelve a ser igual. El texto de Mateo dice que: “los magos volvieron a su tierra por otro camino” En aquella Navidad, los que tuvieron el privilegio de ver al Nacido Rey, no volvieron a ser igual después de haber contemplado la gloria de Dios en la persona del Cristo de la gloria. Sólo los que viven lejos de Dios siempre vuelven y andan por el mismo camino. Son los caminos que al hombre le parecen derecho, pero son caminos de muerte y miserias (Pr. 14:12; Mt. 7:13-27). Los que están sin Cristo, si esperanza y sin Dios en el mundo siguen el razonamiento de su mismo corazón, engañoso y perverso (Jr. 17:9). Cuando Cristo vive en nuestros corazones por la fe, no podemos seguir la corriente de este mundo, que se va tras los deleites temporales para celebrar una Navidad que está fuera de los propósitos y de la palabra de Dios. Cuando los magos salieron de la presencia del Niño Rey, Dios proveyó un medio de volver a su tierra. Esto me enseña que Dios siempre provee un medio de salir de nuestros pecados y de nuestros problemas. Quizás algunos de ustedes en esta Navidad tendrán que:

  • • Regresar por otro Camino,

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Que no son los caminos que al hombre le parece derecho (Pr.14:12; Mt. 7:13-27), sino el camino nuevo y vivo que Cristo nos abrió a través de su sacrificio en la Cruz. Es nuevo y vivo porque libera del pecado y llena de vida a los que confían en Él (He. 10:18-21). Es el camino de buenas obras las cuales Dios preparó de antemano, para los que confían en Cristo puedan andar en ella (Ef. 2:10).

  • • Renovar su Comunión con Dios.

y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado“. (1 Jn. 1:3-7).

El secreto de una vida espiritual piadosa está en esa relación que el creyente tiene cada día con la Palabra de Dios y la oración y que vive en dependencia del Espíritu Santo. Pero es de vital importancia que la Palabra de Dios se convierta en el alimento necesario para el alma, así como la oración en la línea de comunicación directa con el corazón de Dios, y el Espíritu Santo en esa fuerza de poder y control en toda forma de vida cristina.

No solo necesitamos la Palabra de Dios como alimento, el Espíritu Santo como una fuerza de poder, la oración que nos lleva a su Presencia, sino que más que todo eso, necesitamos permanecer en Cristo como lo sarmientos que permanecen en la vid (Jn. 15:4) Se requiere permanecer en Cristo para producir los frutos de una comunión genuina de los que han tenido una conversión genuina por estar arraigados por la fe a la vid verdadera que es Cristo.

  • • Rendirle su Corazón en consagración a Dios.

Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. 2No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (1 Jn. 2:15-17; Ro. 12:1,12; 1 P. 4:19)

  • • Reconocer en Confesión a Dios,

Todos nuestros pecados y el propósito por el cual Cristo vino al mundo para salvar y perdonar, todo delito y toda deuda que había en nuestra cuenta a causa de nuestros pecados delante de Dios (Col. 2:13-14; Tit.2:11-14; 3:4-6). Quizás algunos quieran,

  • Recibir el regalo de la salvación pero deben Confiar en Dios,

El Niño que ha nacido en el pesebre de Belén es el mismo que puede nacer por la fe en tu corazón hoy. El que descendió de la gloria para manifestar su gracia en el pesebre fue: Un Salvador, que es CRISTO el Señor (Lc.2:11). Esta es la verdadera historia de Navidad, que Cristo vino a nacer en este mundo para traernos salvación. Pero tienes que creer y recibirlo para que el milagro de la gracia de Dios se haga realidad en tu vida en esta Navidad (Jn. 1:12; Ro.10:9-10, 17).

OSCAR NARANJO

13 MINUTOS por Oscar Naranjo (Rosario)

“No puede pasar más de 13 minutos sin hablar de fútbol”…afirman los periodistas deportivos que conocen al entrenador de futbol PEP GUARDIOLA …Ahora me pregunto… ¿cuanto pasamos nosotros sin hablar de Nuestro SEÑOR JESUCRISTO?….la gran OMISION del creyente es haber perdido la VISIÓN de lo que yo llamo, EN EL CAMINO …El Señor nos dice que debemos IR y PREDICAR….muchos iran a un lugar muy lejos, pero el IR (o el yendo) nos habla de nuestro andar…del mientras estamos EN EL CAMINO…En el camino el SEÑOR llamo a la mujer samaritana; en el camino sano a los ciegos; a los leprosos; a los enfermos…En el camino Él perdonó pecados…en el camino ÉL realizó Su ministerio…En el camino condujo a los hombres a DIOS….Todos los creyentes debemos hacer discipulos, y todos los creyentes debemos predicar el evangelio, hoy estamos transitando EL CAMINO…¿a cuantos les predicamos, cuantos vieron en nuestras vidas a CRISTO?….Hoy ya pasaron varias horas de este día, ¿ya le contaste de Cristo a los que te rodean?….Se dira de nosotros :”no puede pasar mas de 13 minutos sin hablar de CRISTO”

NICOLAS FERNANDEZ PAZ

LA ESENCIA DE LA ADORACION por Nicolás Fernández Paz (San Luis)

 

La Esencia de la Adoración: ¿Qué hace sonreír a Dios?

Historia de María: Lucas 10:38-42; Juan 11:1-44; Juan 12:1-8.

(3 momentos distintos en donde se pueden ver 3 avances en la relación de Jesús con María).

¡Una actitud de adoración!

En las 3 historias vemos la misma actitud de María estando siempre a los pies de Jesús:

Lucas 10:39 “Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra”.

Juan 11:31 “María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano”.

Juan 12:3 “Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume”.

¿Por qué una actitud de adoración? Una de las principales palabras que se utilizan en el NT para adoración-adorar es proskuneo, que significa reverenciar, postrarse en homenaje, dar obediencia a.

La adoración puede considerarse como el reconocimiento directo de Dios, de su naturaleza, atributos, caminos y demandas, ya sea por el derramamiento del corazón en alabanza y acción de gracias, o bien mediante actos ejecutados en el curso de tal reconocimiento. (Vine)

Es decir, la adoración básicamente es una actitud de reconocimiento hacia alguien que merece tal reconocimiento. Este reconocimiento se expresa de una manera visible en actitudes que lo demuestren: postrarse, hacer reverencia o haciendo actos que den homenaje y honra al ser que se adora.

María en cada uno de los relatos considerados se presentó postrándose a los pies de Jesús. Ya de por si esto es un acto de adoración. Pero es muy interesante ver las particularidades de cada uno de estos 3 relatos.

El primero podríamos decir que fue una visita “improvisada” de Jesús a la casa de Marta, donde María se sentó a sus pies para oír su palabra. Jesús señalo que solo una cosa es necesaria y María recibió la buena parte, la cual nunca le podrá ser quitada. Mi mente se dispara y trato de imaginarme que cosas le enseño Jesús. Estas enseñanzas sin dudas habrán tenido un impacto muy profundo en la vida de María. Nunca se olvidó de ellas y nadie puede jamás arrebatárselas. Este, podríamos decir, es el comienzo en la vida de María como discípula de Jesús, comenzando a crecer en la gracia y conocimiento de Cristo. Nicolás Fernández Paz

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Un dato muy interesante es esta expresión: “sentándose a los pies de Jesús”. Esto significaba ser discípulo de alguien, en este caso de Jesús. Esto lo podemos ver en el testimonio de Pablo:

Hechos 22:3 “Yo de cierto soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel“.

La segunda ocasión, es una situación extremadamente diferente. Lázaro, su hermano, había muerto. Lázaro estaba enfermo. Seguramente estaba en un estado grave o al menos preocupante, porque sus hermanas Marta y María enviaron a decir a Jesús que “el que amaba estaba enfermo”. Teniendo en cuenta lo que ambas hermanas le dijeron a Jesús cuando lo vieron (“Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto”) seguramente le hicieron saber de la enfermedad de Lázaro para que pudiera ir a sanarle. No obstante Jesús se demoró en ir, sabiendo de antemano que Lázaro iba a morir y él le iba a resucitar.

Cuando Jesús llega a Betania, la escena es conmovedora. Que uno pueda saber ciertas cosas no indica que no vamos a sentir nada al respecto. El hecho de que confiemos en Dios ante la partida de un ser querido y que tengamos la esperanza del reencuentro celestial no quita ni va a impedir que nuestro corazón se duela y entristezca. El mismísimo Jesús es conmovido y estremecido en esta escena, llorando junto a María.

María al recibir el llamado de Jesús va corriendo hacía a él (11:28-29). Quizás con muchas preguntas o interrogantes. Ella hace el mismo comentario que su hermana Marta: “Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano”. Sin embargo, en María vemos una diferencia respecto a Marta: “María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies“.

En este caso, postrar significa en su original: caer. Probablemente abrumada, o sin muchas fuerzas por el dolor cayó a los pies del Maestro. No obstante, esta misma palabra se utiliza en distintos pasajes bíblicos como una acción para adorar. El caso más similar por las circunstancias lo podemos ver en Job:

“Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró (cayó) en tierra y adoró” Job 1:20.

Dios valora una adoración verdadera. El no desestima un clamor verdadero. Dijo David: “Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios”. Como Dios dijo a Jeremías “Clama a mí y yo te responderé”. A veces nos da cierto temor clamar o preguntarle a Dios, pero él está esperando que lo hagamos. Antes que acudir en socorro a cualquier otra persona o lugar Dios espera que llevemos a él, a sus pies nuestro corazón roto. En otro pasaje encontramos una actitud similar en otra mujer (la mujer cananea): “Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme!” Mateo 15:25. En este caso Su hija estaba atormentada por un demonio. La angustia, desesperanza, las pérdidas materiales y de familiares pueden quebrar nuestro corazón y drenar nuestras fuerzas. Nicolás Fernández Paz

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“Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy en angustia; se han consumido de tristeza mis ojos, mi alma también y mi cuerpo. Porque mi vida se va gastando de dolor, y mis años de suspirar; Se agotan mis fuerzas a causa de mi iniquidad, y mis huesos se han consumido” Salmos 31:9-10. Ante tal descripción quién de nosotros no caería postrado en tierra. Podemos tener miles de preguntas e interrogantes, dolor e inclusive enojo. La cuestión es a donde acudimos con todo lo que sentimos. En los tres casos que vimos (María, Job y la mujer cananea) acudieron al todopoderoso. Cuantas veces tratamos de hacer a un lado lo que sentimos, nuestras vivencias, pensando que esto es un estorbó a la hora de adorar. Pensamos en rendir una adoración pulcra, sin ningún condimento de realidad. La adoración se manifiesta en que a pesar de las circunstancias seguimos reconociendo la grandeza y soberanía de Dios. La adoración de Job se manifestó en que en pleno conocimiento de su situación, perdida y dolor sigue reconociendo que Dios es el proveedor y sustentador de la vida. (“Job,…, se postró en tierra y adoró, y dijo: desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito”).

Puede que en esos momentos no estemos tan “afinados” en lo que digamos o expresemos. Pero Dios valora la sinceridad del corazón.

Sería muy fácil para nosotros en la distancia apuntar a que podrían haber tenido más fe las hermanas de Lázaro. Podríamos decir conociendo el nuevo testamento: ¿Por qué no mostraron la fe del centurión? Quien le dijo a Jesús: “Solamente di la palabra y mi criado sanará”. ¿No sabían o creían que Jesús podría sanar a la distancia?

Es sencillo decirle a María que todo está bajo el control de Dios. Pero, ¿Acaso no podes recordar circunstancias de prueba o dolor en que comenzamos con los: si hubiera? Si hubiera hecho esto, si esta persona no me hubiera hecho esto otro, si me hubieran ayudado, si me hubieran escuchado, si yo hubiera obedecido, si hubiera sabido, si Dios no hubiera permitido, si Dios hubiera actuado… La pregunta de aquellos judíos se acentúa cada vez más en la mente y pensamientos: ¿No podía Dios, quien hizo tanto por otros hacer esto por mí? ¿Acaso ellos son mejores? ¿Acaso ellos lo merecen? ¿Sera que Dios los ama más a ellos que a mí?

Sabemos muchas cosas. Muchas enseñanzas, pasajes y promesas pero es necesario el momento de prueba para aprender la lección y conocer a Dios. Más allá de cualquier hubiera, Jesús ya sabía de antemano que Lázaro iba a morir. Él ya sabía que esa enfermedad era para la gloria de Dios. Él sabía que iba a hacer algo mucho más grande que sanar una enfermedad: iba a resucitarle. Todo esto para la gloria de Dios, pero esencialmente para que pudieran conocer que él es la resurrección y la vida. Como dijimos, esto no quita que al atravesar la prueba, la aflicción y tribulación no vamos a sentir nada. Es por eso que Jesús no reta o calla a María diciéndole mujer de poca fe; simplemente es conmovido y llora junto a ella. Qué situación más emotiva que muestra la amistad y comunión que nos brinda el salvador. Si alguna vez dudaste del amor y amistad del Señor, esta historia es un tesoro al cual aferrarnos.

Es aquí en esta segunda escena, cuando María puede llegar a comprender la esencia de la adoración: “Adoramos a Dios por lo que él es”. Nicolás Fernández Paz

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Muchos pudieron ver un milagro como nunca antes nadie vio: la resurrección de un muerto. Lázaro llevaba 4 días muerto y esto era algo tremendo. Jesús tenía el poder para resucitarle y muchos se maravillaron y creyeron, pero solo algunos, creo, pudieron comprender la esencia de este maravillosos hecho: Jesús tiene el poder para resucitar porque EL ES LA RESURRECION Y LA VIDA. El milagro y poder siempre descansan y responden a lo que él es. María llego a conocer en mayor profundidad a Cristo. No solamente sus enseñanzas, su voluntad, lo que el demanda de sus seguidores, sino que ahora puede verle y conocerle por lo que él es.

Podríamos decir que llega a una conclusión similar a la de Job: “De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven”. Ella escucho a los pies de Jesús sus enseñanzas, lo que él esperaba de ella quizás. Muchos de nosotros podemos tener en claro esto. Hace tiempo que leemos y conocemos de la palabra de Dios, sus mandamientos y su voluntad para nosotros. Pero muchas veces es un conocimiento que está allí, medio lejano. Algo que no se vuelve un conocimiento práctico. Y podríamos decir que conocemos mucho de Dios pero la verdad es que no conocemos a Dios.

Esta experiencia llevó a María a un nuevo grado de reconocimiento. Él es la vida. Él es la resurrección.

Nuestro enfoque, comprensión y adoración se elevan cuando realmente entendemos quien y que es Dios.

Por ejemplo. Sabemos que Dios es amor, pero cuando realmente estudiamos y llegamos a ver y comprender que Dios es amor la cosa cambia.

¿Qué significa que Dios es amor?

Significa que el amor es lo que sustenta la existencia de Dios. Que él, independientemente de lo que cualquier persona haga por él, el sigue amando. No hay nada que pueda parar este impulso de manifestar su amor porque responde a su propia persona. Cuantas veces sentimos un pesado sentir y pesar por ganar el amor y aprobación de Dios.

Cuando comprendo cabalmente que Dios es amor me doy cuenta de la verdad más grande y absoluta: “No hay absolutamente nada que yo pueda hacer para que Dios me ame más, ni hay absolutamente nada que yo deje de hacer que haga que Dios me ame menos”. De hecho la mayor manifestación de amor de Dios se mostró en que siendo pecadores Cristo murió por nosotros. (Romanos 5:8; Romanos 8:31-39).

Jesús nos dijo: “Mi yugo es fácil y ligera mi carga”. Qué triste se vuelve la vida cuando intentamos día tras día ganarnos el amor de alguien. Dios no espera esto. Él nos ama y seguirá amando a pesar de lo que somos y hagamos. Y cuando uno comprende esta verdad lo único que puede salir del corazón es una profunda y sincera adoración por lo que él es.

Ya no hay más un sentimiento de obligación, sino que es tal el conocimiento y admiración que sentimos por Dios que lo único que quiere salir de nuestro corazón es buscar la manera de mostrarle mi reconocimiento a su persona. Entonces, ahora le canto, le sirvo, Nicolás Fernández Paz

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le honro, le proclamo, guardo sus mandamientos, le obedezco; porque es lo único que mi corazón anhela: Que Dios pueda percibir y disfrutar cuanto le amo y admiro.

De esta manera podemos ver como todos estos “antecedentes” en la vida de María desembocan en lo sucedido en Juan capítulo 12 (nuestro tercer relato). Hay un dato interesante en el evangelio de Juan. En el capítulo 12 se describe cuando Jesús es ungido en Betania por María. No obstante en el capítulo anterior, el 11, se describe lo siguiente: “Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana. (María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume, y le enjugó los pies con sus cabellos)”. ¿Cómo puede ser que el autor este haciendo referencia a algo que todavía no había relatado? JFB menciona al respecto: “Esto, aunque no relatado antes por nuestro evangelista sino hasta en el cap. 12:3, era tan bien conocido en la enseñanza de todas las iglesias, según la predicción de nuestro Señor (Mateo 26:13), que aquí se menciona con anticipación, como la manera más natural de identificarla”. ¡María era “famosa”! Jesús había mandado que debiera contarse lo que había hecho y evidentemente esto se cumplió. Su acto de homenaje y adoración fue tal que hasta el día de hoy lo recordamos.

Veamos entonces un poco lo que está sucediendo en esta historia más que particular, y veamos también algunos principios que podemos extraer y aplicar a nuestros cultos y vidas de adoración…

Como ya hemos mencionado, Jesús resucitó a Lázaro. Muy probablemente por esta razón es que organizaron una cena para homenajear y agasajar a Jesús. En la versión RV60 se menciona que en Betania, donde estaba Lázaro (el que había estado muerto), allí le hicieron una cena. Pero otras traducciones como la NTV O DHH, menciona más precisamente el sentir: prepararon una cena en honor de Jesús.

Aquí encontramos el primer principio: Jesús es el centro de nuestra adoración.

La iglesia tiene una reunión muy especial: “la cena del Señor”. También conocida como reunión del partimiento del pan o sencillamente reunión de adoración. Esta es la celebración que el mismo Señor Jesús instituyo y nos dio mandamiento que participemos y hagamos memoria de él hasta que vuelva. Esta es una reunión de un sentir especial sin dudas. Esta reunión (así como también en cualquier otra) donde se busca adorar y proclamar el nombre de Jesucristo, es una celebración donde el centro de todo es Jesús. Nos reunimos para homenajear el Señor Jesús. Todo cuanto se hace es porque él es el motivo central de todo.

Luego también encontramos distintos elementos que hacen al culto:

Lázaro estaba a la mesa con Jesús. Muchos estudiosos mencionan que aquí Lázaro es una representación de los redimidos, de los que hemos resucitado en Cristo; como dice Pablo a los Efesios “y juntamente con él (Cristo) nos resucitó”. Podríamos profundizar en esta idea pero simplemente vamos a decir por ahora que aquí podemos ver lo que es la comunión. Lázaro era uno de los varios que estaban sentados (en plural) a la mesa. Nosotros hemos resucitado en Cristo, pasamos de muerte a vida y fuimos llamados a la Nicolás Fernández Paz

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comunión con Cristo (1 Corintios 1:9) y unos con otros (Salmos 133:1). La comunión entre los creyentes, teniendo siempre en cuenta el sentir común de engrandecer el nombre de Jesús, es maravillosa.

También vemos a Marta, que como era su costumbre, estaba sirviendo. El servicio es un elemento también que forma parte del culto. A veces nos gusta comenzar a comparar a Marta y María. Quizás nos inclinamos y mostramos un favoritismo hacia María y señalamos con cierta condena a Marta. Pero no vamos a hacer eso. Creo que es claro que Marta aunque quizás en ocasiones como el mismo Señor le señalo podía estar afanada y turbada por muchas cosas, siempre ha dado un servicio genuino y de corazón agradecido a Jesús. Particularmente en este momento aún más, teniendo en cuenta que unos días atrás resucitó a su hermano Lázaro.

Pero también, y aquí nos vamos a centrar un poco en este momento, está presente la adoración. Quién entra en escena en el versículo 3 es María. Es decir, en medio de todo este acontecimiento: una cena preparada para homenajear a Jesús, donde había varios convidados compartiendo y celebrando, y donde Marta se encontraba sirviendo; en un momento determinado entra María.

Cada una de las cosas que se mencionan son detalles que no pueden ser pasados desapercibidos.

Probablemente entró en silencio. No tenemos registro de que haya hablado. Seguramente abriéndose un poco de paso entre las personas, va caminando con un lebrillo (un recipiente) en sus manos y en él un vaso o frasco que contenía perfume de nardo puro. Por lo que hemos descrito, las personas habrán estado comiendo, hablando, riendo quizás. Al acercarse María cada vez más a Jesús, las personas habrán ido quedando una a una en silencio, expectantes de lo que iba a suceder. Entonces ocurre algo extraordinariamente maravilloso. María se postra (arrodilla) frente a Jesús, coloca sus pies en el lebrillo y comienza a mojar-enjuagar sus pies con el perfume. En este caso, no “cae” como en la escena anterior por toda la carga emocional y de dolor. Aquí, deliberadamente se postra ante Jesús. Luego enjuga sus pies con sus cabellos.

En interesante ver que en el capítulo siguiente es Jesús quien toma este lugar lavando los pies de sus discípulos. Allí vemos en qué consistía esta acción. Este trabajo generalmente lo llevaba a cabo un esclavo, aunque también era frecuente que las mujeres lo hicieran (1 Timoteo 5:9-10). “En las tierras orientales, el uso de sandalias abiertas hacía necesario lavarse los pies con frecuencia. Era una cortesía habitual del hospedador hacer que un esclavo lavase los pies de sus invitados” (CWM). Jesús se quita su manto, toma un lebrillo en el cual pone agua y toma una toalla. Uno a uno va mojando los pies de sus discípulos en el agua para ir limpiando sus pies y luego con la toalla va enjugando, es decir, secando los pies mojados.

Pero María no lo hizo de la manera tradicional. En vez de usar agua uso una libra de perfume de nardo puro.

1 Libra, aproximadamente un poco más de medio litro. Nicolás Fernández Paz

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El nardo es una planta de la India oriental que da una resina con un olor muy fragante y en tan poca cantidad que la hace muy costosa. Es tal el valor económico de lo que María estaba usando (para lavar pies) que Judas hizo una cuenta muy rápida. “¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres?”. En el pasaje paralelo en Marcos 14 los discípulos dijeron: “¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume? Porque podía haberse vendido por más de trescientos denarios”.

El denario era una moneda romana. Se estima que equivalía casi a 4gr de plata, el salario diario de un jornalero en la época de nuestro Señor. Con lo cual podemos decir que el perfume que María utilizo tenía el precio de un año de trabajo para un obrero. ¡Un año de trabajo! Eso es mucho. Si tenemos en cuenta que uno no ahorra todo el dinero que gana sino que probablemente se va guardando una fracción mensual, llevaría más de un año (quizás varios) juntar toda esa suma de dinero. Como muchos comentaristas dicen, esa debió ser la posesión más valiosa que tenía María. Hay que señalar que en aquella época, la mujer no se caracterizaba por trabajar (como en nuestro días), se dedicaba más a las tareas domésticas. Con lo cual surge la pregunta: ¿Cómo adquirió María este perfume de gran precio? No lo podemos saber con certeza. Una posibilidad es que haya sido un regalo, si fuera así, debemos decir que fue un regalo más que generoso. Otra opción es que ella haya ido juntando durante muchos, muchos años, denario por denario para comprarlo.

Lo que sí sabemos es lo que dice el texto, lo cual nos lleva a un segundo principio. “El perfume era de mucho precio” (vs 3). Esto quiere decir que era extremadamente costoso y de gran estima. Es decir, tenía un gran valor económico (como ya lo mencionamos) pero también era un bien de mucha estima para María. Realmente ella entrego algo de mucho valor personal. Algo tan valioso para una tarea, podríamos decir, tan ordinaria. Además, no uso un poco solamente, guardando una parte para que le quedase a ella, sino que lo derramó todo.

Para que alguien se desprenda de algo tan valioso tiene que haber razones más que importantes de fondo.

María en primer lugar quiso mostrar su adoración, es decir, su admiración y reconocimiento a Jesús. Cuando Cristo revela que él es la resurrección y la vida es como si un velo se hubiera quitado de sus ojos. Ella puede entrar a comprender a Jesús en una dimensión mucho más profunda. Hay una admiración por la persona de Cristo. Esto se evidencia aún más cuando vemos que luego de lavar los pies de Jesús con el perfume, lo seca con sus cabellos. Trata de ponerte en escena por un momento. Toma la posición de María. Sin dudas tuvo que arrodillarse para lavar los pies. Pero ahora en vez de usar una toalla para secarlos, usa su propio pelo. Esto nos dice muchas cosas. Si bien a los hombres puede parecerles algo menor, la verdad es que el cabello de una mujer es algo de estima. Las mujeres cuidan su cabello y es sin dudas una muestra de su belleza. En la actualidad vemos como invierten mucho dinero en cuidarlo. La biblia misma menciona que para la mujer es honroso dejarse crecer el cabello. Por otro lado, para poder secar los pies de Jesús con su propio cabello tuvo que necesariamente llevar su cabeza hasta el piso para poder hacerlo. ¡Que escena! Una mujer completamente postrada, secando los pies de Nicolás Fernández Paz

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Jesús con sus propios cabellos. Ella estaba plenamente consciente de lo que hacía. La adoración verdadera reside en un pleno conocimiento de lo que Dios es, pero nos lleva a entender también lo que uno es.

María en este acto estaba mostrando de una manera gráfica y concreta la grandeza de Dios y la exaltación que debe hacerse a su persona por lo que él es; y muestra también la humildad y reverencia ante la cual debemos presentarnos ante su presencia, entendiendo y reconociendo nuestra propia indignidad.

Pero este conocimiento sigue. Jesús menciona algo importante: “Para él día de mi sepultura ha guardado esto”. “Porque al derramar este perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para la sepultura” (Mateo 26:12).

En escena debieron estar sin duda los 12 discípulos de Jesús. Los que eran sus íntimos. Jesús ya había mencionado que era necesario que padeciese, que muriera y resucitara. Este tiempo estaba realmente cerca, de hecho, faltaban solamente seis días para la pascua, es decir, el día en que iban a arrestar a Jesús. Ante esta inminente realidad los suyos no terminaban de comprender por completo todo esto, a decir verdad, iban peleando para ver qué lugar iban a ocupar en el reino. Sin embargo, probablemente ella haya entendido mejor esa realidad, esa necesidad de que el Hijo de Dios debía padecer, morir y resucitar. Quizás no sabía que faltaba tan poco tiempo pero intuyendo que probablemente no tendría otra oportunidad, ella decide derramar su perfume/ungüento sobre Jesús y él lo toma realmente como una muestra de amor, cariño y adoración. De hecho, cuando Jesús fue sepultado, las mujeres compraron especias aromáticas para ungir el cuerpo de Jesús pero no pudieron hacerlo porque ya había resucitado. ¡Que a tiempo que lo hizo María!

Realmente María había llegado a conocer de una manera mucho más íntima y personal a su Señor, a comprender y conocer su persona y sus enseñanzas. Aun comprendiendo y sometiéndose a la voluntad de Dios que en ocasiones es completamente contraria a nuestros deseos. Cuando Jesús anuncia su muerte, Pedro le tomo aparte y comenzó a reconvenirle (¡reprenderlo!), diciendo: “Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca” Mateo 16:22; María en cambio entendiendo la necesidad de que Cristo padeciese en favor de los pecadores y dándose cuenta que esto iba a llevarse a cabo, hace una acción en preparación para tal sacrificio. Realmente nos deja sin palabras.

Esto debe llevarnos inmediatamente a algunas preguntas:

¿Conozco a Dios? ¿Realmente le conozco por lo que él es? Quizás tengamos que escuchar las palabras del Señor a la mujer samaritana respecto a este mismo tema: “Vosotros adoráis lo que no sabéis” o como dijo haciéndose eco del profeta Isaías: “este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí”. ¿Nuestra adoración es racional? ¿Responde a una admiración y reconocimiento genuino por lo que es Dios o es simplemente de labios? ¿Le conocemos de una manera tan íntima que nos lleva a querer mostrarle nuestra profunda admiración? ¿Le conocemos de tal manera que estamos dispuesto a darle lo más valioso que tenemos? Nicolás Fernández Paz

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Pablo le escribió a los Romanos: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional” Romanos 12:1.

Pablo nos dice que teniendo en cuenta las misericordias de Dios, que siempre se sustentan en lo que él es, deberíamos como resultado consciente y racional presentar nuestros cuerpos, es decir, nuestras vidas como un sacrificio vivo y santo en lo cual se agrada Dios. No simplemente por una presión externa de los hermanos de la iglesia, o porque nos parece adecuado hacerlo. Sino porque en un acto voluntario decido entregarle a Dios lo que soy para vivir una vida de adoración.

Quizás el ejemplo de María no se de todos los días. Ella comprendió que tenía la oportunidad de entregarle ese sacrificio en adoración y también con motivo como dice Cristo de preparación para su sepultura. Hay momentos donde podemos entregar cosas valiosas para nosotros, como por ejemplo Abraham cuando fue a ofrecer a Isaac su hijo, a quien amaba. Pero en romanos se nos muestra que deberíamos entregar nuestras vidas para que no sean actos aislados, sino vidas de adoración. Esto lo podemos ver en el siguiente versículo:

“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres” Colosenses 3:23.

El ejemplo para vivir una vida dedicada a adorar a Dios lo encontramos en el mismo Señor Jesús:

“Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a si mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante” Efesios 5:1-2.

Andar significa caminar, vivir. Eso implica todo lo que hacemos como dice el versículo en colosenses. Conocer a Dios nos lleva como lo expresa Rick Warren en su libro una vida con propósito, a que la meta de nuestra vida sea hacer sonreír a Dios. Jesús se agradó de lo que María hizo. Deberíamos poder encarar cada actividad en la vida pensando ¿Cuál es la manera en la que a Dios le agradaría que lo haga?

Por último, podemos señalar un detalle: María se centró en Jesús. El entorno hasta menosprecio y rebajo su acto de adoración. Teniendo en cuenta todo lo que consideramos, si vos estuvieras en el lugar de María, con tu corazón desbordando admiración y amor por Cristo, ¿cómo te sentirías si alguien se pone al lado tuyo y te dice: “Que desperdicio es esto que estás haciendo”? No lo podemos saber, pero quizás se sintió mal. Quizás hasta pudo preguntarse, ¿Habré hecho mal? ¿Realmente es un desperdicio? Sin embargo, ella continúo y fue Jesús quien dijo: Déjenla. Fue una orden severa de cumplimiento inmediato. El alrededor nos puede desanimar a que rindamos nuestras vidas a Dios, pero nuestro foco siempre debe ser él. Mediante su acción María estaba diciendo que no hay nada lo suficientemente valioso como para no darlo a Cristo (CWM). Solamente un corazón y mente que conocen a Dios pueden llegar a esa conclusión. Nicolás Fernández Paz

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Debemos volver a la vida de discipulado. A una vida a los pies de Jesús. Tiempo con su palabra, para aprenderla y guardarla. Tiempos de pruebas para fortalecer nuestra fe y conocerle. Tiempos de adoración verdadera.

Como un consejo y actividad práctica, debemos ocupar tiempo de nuestra vida en conocer y entender quién es Dios. Solo podremos conocerle estando a sus pies recibiendo su palabra. Dios nos revelo en la biblia quien es él. Te dejo algunos de los atributos que podes comenzar a estudiar para empezar a maravillarte de Dios.

Dios es:

– Omnipotente

– Omnisciente

– Omnipresente

– Eterno

– Soberano

– Amor

– Verdad

– Bueno

– Justo

– Santo

– Fuego consumidor

– Celoso

– Misericordioso

– Clemente

– Consolador

– Perdonador

– Luz

– Fiel

– Paz

– Paciente

– Humilde

– Manso

– Creador

– Sustentador

– Sanador

– Proveedor

Solo por mencionar algunos. Con solo leer la lista, ¿No crees que este ser merece tu reconocimiento (Adoración)?

“Más la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren” Juan 4:23.

 

ADRIAN MONTES

NUESTRA VICTORIA EN CRISTO …Por Adrián Montes (Bahía Blanca- Bs As)

El 11 de noviembre a las 11 horas de 1918 culminó oficialmente la Primera Guerra Mundial (día 11, mes 11 a las 11 horas). La crueldad de los hombres había llegado a extremos nunca vistos hasta entonces. Participaron todas las grandes potencias de la época. Setenta millones de militares fueron movilizados y murieron nueve millones de combatientes. Por ello, aquel 11 de noviembre, fue un día de grandes festejos. Pero un dato curioso demuestra la insensatez de los hombres. El armisticio fue firmado a las 5 de la mañana de aquel día. En el mismo las potencias derrotadas se comprometían a retirar sus hombres de los territorios ocupados. No obstante, hasta las 11 de la mañana continuaron los combates. Aquellos soldados que murieron durante el transcurso de esas 6 horas fallecieron por nada, dado que la guerra ya había sido resuelta. Más tarde, este hecho, motivaría diversas investigaciones. La pregunta era obvia ¿Por qué los generales que sabían que la guerra ya había culminado siguieron mandando a sus hombres al combate? Pero, claro, ¿Quién se atrevería a cuestionar a los comandantes que llevaron a sus ejércitos a la victoria? Lógicamente, durante esas horas no murió ningún oficial de alto rango.
Muchas veces nosotros mismos podemos hallarnos luchando en una guerra cuyo resultado ya ha sido acordado. En la primera epístola de Juan hallamos un texto que ha de servir como base al presente estudio: “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?” (1 Jn. 5:4-5).

Enemigos derrotados:

SunTzu, fue un famoso general chino que vivió entre los años 544 a.C. a 496 a.C. y escribió un manual de estrategia militar conocido como “El Arte de la guerra”. Allí señaló: “Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo; en cien batallas, nunca saldrás derrotado. Si eres ignorante de tu enemigo pero te conoces a ti mismo, tus oportunidades de ganar o perder son las mismas. Si eres ignorante de tu enemigo y de ti mismo, puedes estar seguro de ser derrotado en cada batalla”. La Biblia nos advierte acerca de enemigos concretos que atentan contra nuestra vida de comunión y servicio al Señor: “Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo” (1 Jn.2:16). Hay un enemigo externo: “el mundo” que cuenta con tres aliados que pujan en nuestro interior: “los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida”. Conocer al enemigo así como sus medios nos brindará las herramientas para la victoria. Un triunfo que no es nuestro sino de Cristo.
El mundo, en este caso, no es el planeta sino un sistema perverso organizado y direccionado por Satanás. Él es llamado el “príncipe de este mundo” (Jn.12:31). El apóstol Pablo indicó: “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia” (Efesios 2:1-2). Según este texto, todos alguna vez vivimos dominados por el pecado influenciados por:

  1. La corriente de este mundo. El pecador se encuentra cómodo entre sus pares. Siguiendo las modas y conductas del momento. Sin hacer demasiados cuestionamientos a la sociedad que le rodea. Los periodistas, por ejemplo, son capaces de hacer un correcto análisis de las cuestiones políticas y sociales pero a su vez muchas veces promueven conductas que la Biblia califica como pecado.
  2. Conforme al príncipe de la potestad del aire. Esta frase indica que el ámbito de acción de Satanás y sus demonios es este mundo. Su intención ha es clara. El Señor la describió diciendo que el pretende “Robar, matar y destruir”. La acción del Espíritu Santo y la presencia de la auténtica iglesia de Cristo refrena la maldad (2 Tes.2:7). Pablo presenta entonces un cuadro terrible. Los incrédulos están siendo influenciados y conducidos por la presencia malévola de Satanás y sus demonios. Estos son los auténticos promotores del pecado. Capaces de crear un sistema, una corriente, una atmósfera moral, que pervierte a la humanidad y la destruye. Ellos están detrás de la codicia, la maldad, la inmoralidad, los crímenes, las herejías, toda forma de violencia, la hechicería, las drogas, la mentira, y las armas. Ahora bien, su acción no niega ni anula la responsabilidad del hombre ante el pecado.
  3. El espíritu “que ahora opera en los hijos de desobediencia”. Esta expresión es consecuencia de la anterior. Satanás está obrando, dominando a los incrédulos. Viendo este principio detenidamente encontraremos que, en primer lugar,  puntualiza que su acción se limita al presente (ahora). Esto indica que habrá un momento cuando tal influencia cesará. La Biblia enseña que finalmente Satanás será derrotado y castigado por la eternidad por su maldad. En segundo lugar la expresión también apunta a la responsabilidad humana ya que califica a los incrédulos como “hijos de desobediencia”. El hombre se ha rebelado contra Dios y consciente o no se somete a una esclavitud denigrante, destructiva y maligna. Rechaza a Dios y se entrega al pecado. Un dicho español dice: “Quien le da las espaldas a Dios le da la cara al diablo”.

Es menester recordar que los hermanos que integraban la iglesia a la cual dirigió estas palabras eran de origen gentil. Aislando el texto de su contexto, podríamos llegar a pensar que Pablo está diciendo a los gentiles: “Uds. vivían de esa manera”. Los judíos menospreciaban a los gentiles descalificándolos constantemente. No obstante, Pablo no se excluía de semejante realidad ya que renglón seguido agrega: “entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás” (Ef.:3). Ni los inmorales paganos ni los rigurosos judíos estaban exentos de esta situación. Esto, desde ya, estas palabras están en plena concordancia con las Escrituras: “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Ro. 3:23).
Estos versículos de la epístola a los Efesios también agregan un concepto más y el mismo es que los creyentes han sido salvados de semejante sistema perverso. La frase que ahora nos interesa es la primera: “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo”. Observamos tres verbos y todos en pasado: “dio, estabais, y anduvisteis”. Del primero de ellos dependen los dos restantes. Es decir, si Dios no nos hubiese dado vida en Cristo aún estaríamos viviendo y andando según nuestros delitos y pecados. La realidad del creyente es totalmente distinta a la del incrédulo. Hemos sido librados del pecado y del sistema mundano que Satanás comanda. ¿Significa esto que el creyente ya no puede incurrir en el pecado? No, el apóstol Pablo reconoció esta lucha personal y constante contra su pecado personal (Ro.7:14-25) pero a su vez añadió: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús”. Esta posibilidad no es una licencia para pecar ya que Pablo agrega: “los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu” (Ro.8:1). Por tanto, en Cristo es posible obtener la victoria sobre el pecado coincidiendo de este modo por lo argumentado por el apóstol Juan (1 Jn. 5:4-5). Cuando luchamos contra el  pecado nos hayamos como aquellos combatientes de la primera guerra mundial, peleando cuando la guerra había concluido. En Cristo tenemos la victoria.

Derribando murallas:

En la antigüedad, la mejor defensa contra un ejército invasor era una gran muralla. Cuanto más alta y fuerte fuera la muralla, más segura sería la ciudad. Esto fue válido hasta la invención de las armas de fuego. La pólvora fue inventada en china e inicialmente fue utilizada para los fuegos artificiales. Con el correr del tiempo se le encontró una aplicación militar. Así se crearon las primeras armas de fuego y estas se utilizaron para destruir los muros defensivos de las grandes ciudades. Las murallas pueden ser destruidas. El apóstol Pablo indicó: “porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (1 Co. 10:4-5). El apóstol Pablo indica en este versículo que ante la Palabra de Dios, los hombres se refugian en auténticas fortalezas cuyos muros no son de piedra sino de todo tipo de argumentos e ideas. Ante cada afirmación bíblica encontraremos un muro de argumentos opuestos. Pero Pablo conocía la pólvora. Veamos algunos principios puntuales:

  1. La armas de nuestros enemigos son explicaciones o argumentos que no se fundamentan en la verdad porque esta, desde ya se encuentra únicamente en la Palabra de Dios. No existe argumento que pueda oponerse a la Palabra de Dios. Es más, es posible haya quien rechace con persistencia la Palabra de Dios aferrándose a la “seguridad” que le brinda su ideología o filosofía de vida. No obstante, un día será confrontado por Dios ya que el Señor dijo: “El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero” (Jn. 12:48). Entonces no habrá argumento que pueda contradecir la autoridad de Dios y de su Palabra.
  2. En segundo lugar el apóstol debela la fórmula de la pólvora para que nosotros podamos defendernos: “las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios”. No combatimos a las ideas opuestas con argumentos surgidos de nuestra imaginación sino a través por medio del poder de Dios. Pablo está indicando que ante un problema de índole espiritual la respuesta debe ser espiritual.

Los historiadores discuten sobre cuando se utilizaron los primeros cañones para atacar a las ciudades amuralladas. Bien podemos imaginar la sensación de seguridad que sentían los habitantes de una gran ciudad. No había ejército que pudiera destruir las murallas, pero entonces, un atronador ruido, seguido por otro y otro. Burdos proyectiles redondos de hierro o piedra golpeaban los muros, haciendo mella en los mismos. De pronto, parte del gran muro se derrumbó y el ejército invasor ingresó en la ciudad. Aquella sensación de seguridad culminó drásticamente. Del mismo modo,  los argumentos más poderosos de los hombres se levantan son como tremendas murallas pero de pronto, la luz del evangelio puede derribarlas tal como la bala de un cañón.

Conclusión:
Hemos considerado dos aspectos propios de la vida cristiana. Por un lado notamos  que, en relación al pecado, en Cristo tenemos asegurada la victoria. El mayor problema de los Israelitas durante su marcha a través del desierto no fue la escases de agua, la falta de alimentos o los potenciales enemigos. Fue Dios quien se encargó de protegerlos y cubrir sus necesidades básicas. Su mayor dificultad fueron ellos mismos y su tendencia a adoptar los ídolos que habían conocido en Egipto. Su propio pasado, su tendencia al mal fueron su principal obstáculo. No lo juzguemos porque nuestra lucha y tendencia es la misma. Ante tales batallas recordemos que en Cristo tenemos la victoria.
En segundo lugar hemos visto que los hombres levantan fortalezas argumentales para defenderse de la Palabra de Dios. Tales muros no son indestructibles sino, por el contrario, recordemos que contamos con la poderosa acción de la Palabra de Dios y la obra iluminadora del Espíritu Santo.
Estos son dos aspectos fundamentales propios de la vida cristiana. Por un lado las herramientas necesarias para vencer al pecado y por otro los medios necesarios para testificar. Por tanto tenemos la posibilidad de anunciar la salvación a través de nuestros hechos y a través de nuestros dichos. En tanto que estemos aquí, esta es nuestra misión, esta nuestra oportunidad.